sábado, 1 de agosto de 2009

AIKIDO EN MÉXICO


EL AIKIDO EN TIERRAS MÉXICANAS

Manuscrito No. 2

Después de la primera exhibición que se realizó en el Auditorio Nacional en 1968, se le vuelve a invitar al maestro
Iwata a tierras mexicanas para una nueva exhibición de Aikido su técnica con sus elegantes y bellos movimientos, más tarde, en los primeros meses del siguiente año, Manzo Iwata, ahora con su esposa Shigeko, juntos con Hachimoto Iwaki, brindaron la primera exhibición de Aikido en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Frontón Cerrado de C.U. Y durante los siguientes 12 años, el Aikido universitario, el primer Aikido que se practicó en México, tuvo como asesor técnico a Shoji Nishio (1927-2005), discípulo del fundador Morihei Ueshiba (O Sensei), aikido que se practicó con ayuda del mexicano, en ese entonces principiante de este estilo, Bernardo Guillermo Hoffner Long, el pionero e introductor del budo en la UNAM.
Por otro lado, tenemos que el año de 1968 y sus Juegos Olímpicos, fue en una de las épocas de mayor exposición de México en el mundo, cuando se da a conocer el arte de
Morihei Ueshiba en nuestro país, y que coincide con la política de apertura de la Aikikai de Tokio, (la cual fue fundada en 1948 por Ueshiba), y que para su divulgación masiva, el Hombu Dojo distribuyó a su primera generación de aikidocas por diversos lugares del orbe, que sin embargo, aunque perteneciendo a dicha asociación los maestros, no siguieron exactamente en el estilo de Ueshiba, sino que enseñaron su propia técnica, parecida pero no igual, difundiéndola en sus respectivos dojos, y que muchos fueron independizándose del Aikikai, estableciendo su propio estilo y escuela.
Esta generación de excelentes exponentes del aikido, a su llegada a Europa y América, los directivos del
Hombu Dojo no se sentían seguros de dar a conocer de esta forma sus técnicas, a pesar de que mandaban a sus representantes, especialmente elegidos para su transmisión, los delegados del Aikikai, les causaba cierto temor la divulgación del arte de Ueshiba, pues la actitud de los occidentales en su ejercicio hacía temer una vuelta atrás en el aikido, hacia un modo de práctica más cercano al jujutsu, más contundente y más centrado en la técnica y la eficacia. Así los maestros exportados y encargados de la transmisión de este arte marcial en occidente se esforzaron en lograr una práctica suave, libre y descargada de aspectos marciales y defensivos. Que fue exactamente lo que se vio en las primeras presentaciones en tierras mexicas.
La demostración de
Manzo Iwata a los universitarios mexicanos, llegó a complementar los demás estilos del budo que se enseñaban y practicaban en los dojos de los planteles universitarios. Esta demostración fue suficiente para que la Universidad se interesara en impartir el aikido dentro de sus actividades deportivas, conformando poco después la asociación universitaria “Aikiunam”. 15 años más tarde, en 1983, comenzaron las clases formales con Izumi Tauchi Koyama, 2°dan, con el consentimiento y apoyo directo de Japón de su instructor, el mencionado Shoji Nishio, 8° dan. En la actualidad la Aikiunam, dentro de BUDO-UNAM, es una de las organizaciones más sólidas y genuinas para el aprendizaje y la práctica del aikido mexicano; cuenta con una plantilla permanente de aproximadamente 200 practicantes en toda la institución universitaria. Izumi Tauchi estuvo por 12 años impartiendo el aikido en la Aikiunam (1983-95).
Más adelante, en otros Manuscritos, seguiremos comentando reseñas y crónicas del desarrollo del aikido en estas tierras del faisán y del venado.

Hasta la próxima

SD

martes, 14 de julio de 2009

EL AIKIDO EN TIERRAS AZTECAS-MEXICAS



MANUSCRITO NO 1


Con este Manuscrito, iniciamos esta serie de historias y reseñas del aikido en tierras mexicanas, que abarcarán todo el desarrollo que ha tenido, desde sus inicios hasta la actualidad. Devenir que se ha dado en forma paulatina y que se ha presentado con sus altibajos modales, típicos de los tiempos modernos que vivimos, con sus ciclos de tipo económicos como culturales.

Tenemos, que una de las primeras exhibiciones del arte creado por Morihei Ueshiba, de que se tiene memoria en tierras del Anáhuac, fue en el singular año de 1968, año en que se celebraban los XIX Juegos Olímpicos. En esa ocasión, dentro del programa olímpico de espectáculos que se realizaron para esa justa deportiva, le tocó al maestro de karatedo Manzo Iwata, dar exhibiciones del “arte de la mano vacía”, estilo shito ryu. Y que a la vez presidió el Primer Torneo Mundial de Karatedo que se llevó a cabo en el Auditorio Nacional, en la capital mexicana.

Para esos años, el aikido del Aikikai de Hombu Dojo de Tokio, se encontraba en plena expansión, pues ya desde años atrás, se enviaban periódicamente maestros exponentes a todos los lugares donde se podría desarrollar el aikido, y para ese año se prestaba adecuadamente el evento y el lugar, pues sería un gran escaparate mundial deportivo y cultural, las Olimpiadas modernas.

Para esos años, el mexicano, sobre todo el residente del DF, ya conocía perfectamente el karate, y en especial el shito ryu, pues desde los finales de los cincuenta, se estaba practicando este budo; hasta se contaba con la Asociación Mexicana de Karatedo y Artes Afines, A.C., que empezó a funcionar en un lugar localizado en las calles de Nuevo León # 230, esquina Quintana Roo, colonia Roma, en la ciudad de México desde octubre de 1959.

La exhibición de aikido en un evento de karate, al parecer no estaba programada, y dice la crónica de esos días que en un descanso de la exhibición de karate, el maestro Iwata, se colocó una hakama y empezó a proyectar y nulificar el ataque de su oponente de una forma, totalmente distinta a la técnica directa y de choque del karatedo. El público, en ese entonces, no entendió de qué se trataba, sólo captó que era otra técnica muy distinta, completamente diferente del karate; y como buen japonés, Manzo Iwata, no dio muchas explicaciones, ni se preocupó de que su público entendiera mínimamente el “camino de la armonía de la energía”. Sin embargo, para el espectador fue toda una revelación y, esa informal demostración se convirtió en un parte aguas en la cultura de las artes marciales en el país. La demostración dejó en el público una velada admiración, ya que sus formas se vieron de una plasticidad y elegancia asombrosa, a diferencia de las katas y el estilo del shito ryu, con su clásica rigidez y tosquedad.

Así fue uno de los primeros encuentros de los mexicanos con el aikido, no es el único, pero sí uno de los más significativos. Más adelante, en otros Manuscritos, seguiremos comentando reseñas y crónicas del desarrollo del aikido en estas tierras del águila y la serpiente.


Escrito por: SD

domingo, 14 de junio de 2009

HISTORIA DEL AIKIDO EN MÉXICO


HISTORIA DEL AIKIDO EN MÉXICO

En el campo de las artes de pelea encontramos muchas supercherías en torno a budos como el karate, el judo o el aikido, una de éstas es la que todas las escuelas, en cierta forma, pregonan la autenticidad y genuinidad de su arte. Muchos grupos e instructores reclaman su distinción en muchas formas de combate sin armas y nunca se propone el problema de autenticidad en contraposición a la adaptabilidad ¿Se puede decir que la esgrima “auténtica” podría ser interpretada como la esgrima en que uno mata a su adversario? ¿Podría ser considerado como boxeo “real” el boxeo en el cual los contrincantes usan guantes con púas, como lo hacían en épocas del Imperio Romano? La autenticidad es importante únicamente en un museo.

Como cualquier arte que puede ser adaptado a las condiciones naturales donde está siendo practicado, el aikido es practicado en forma diferente estilísticamente en Japón, Europa o América. Aunque existe una manera característica de movimientos y un cuerpo básico de trabajo identificable fácilmente, cada país y cada instructor introducen un sutil cambio de modo o forma.

Por ejemplo, el estilo de aikido practicado en Suzaku dojo es producto de muchas y variadas formas de interpretar y concebir el aikido de Ueshiba, hecho que no demerita en lo más mínimo su genuina condición.

La adaptación cultural de la forma del aikido en México es producto de una historia que data desde el año en que se celebraron los XIX Juegos Olímpicos, en nuestro país, 1968, cuando vino a México el japonés Manzo Iwata a presidir el Primer Torneo Mundial de Karatedo, celebrándose este torneo en el Auditorio Nacional, en dicho evento se realizó la primera exhibición de aikido que se dio en tierras mexicanas, demostración que dejó en el público una velada admiración, ya que sus formas se vieron de una plasticidad y elegancia asombrosa, contrastando con las katas y el estilo del shito ryu, con su característica rigidez y tosquedad. Y a partir de 1969, se practica el aikido de Shoji Nishio, discípulo de Morihe Ueshiba en el dojo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante los siguientes 12 años.

Sin embargo, el contenido místico, muy importante en la presentación de Ueshiba, estuvo totalmente ausente en las enseñanzas y prácticas de Shoji Nishio. Morihei Uheshiba sostenía que la esencia del aikido era el ki; que el ki era una forma de poder espiritual que era capturado por el practicante, del poder espiritual global existente en el universo. Por medio de la práctica del aikido, una persona podía desarrollar la capacidad para permitir el flujo del ki a través de su cuerpo. El ki lo hacía invulnerable. El ki le daría una fuerza irresistible. El ki cambiaría su vida. Uheshiba creía también que la práctica del aikido daría automáticamente elevación espiritual y que a través de la práctica el mundo se uniría en amor.

En México esta concepción shintoista no sería aceptada por su mayoría católica, por lo que Shoji Nishio, a pesar de que conservó el tono de belleza tradicional del budo japonés, adecuó de manera apropiada el contenido cultural y religioso del arte al medio mexicano; con lo que implicó la adaptabilidad del estilo a un nuevo entorno idiosincrásico, donde los valores sociales son otros, sin restarle elegancia, belleza y efectividad al aikido.

Escrito por SD

domingo, 12 de abril de 2009

MEDITACION Y MOVIMIENTO



Aikido y espiritualidad

Al analizar las técnicas del aikido, apreciaremos mejor las diferencias que existen entre otros budos, como el karate y el judo.

El karate se practica con atemis de puño, barridos y patadas. Sus movimientos generalmente se efectúan en línea recta.

El judo, en general, se practica a partir de agarres y presas de mangas y solapas, donde se busca el momento de proyectar e inmovilizar.

En el aikido se mantiene alejado, observando los movimientos del adversario. En el momento de contactar se reacciona aplicando la técnica más adecuada. Se emplea como en el judo la técnica del tirón y el empuje: es decir, “tira cuando te empujen y empuja cuando te tiren”. Igual que en el karate hay atemis y ataques de pies, pero sus movimientos son curvos o circulares, donde todo ataque lanzado en línea recta se absorbe y canaliza controlándolo con un movimiento circular, con un efecto centrípeto hacia un centro situado aproximadamente en el abdomen del aikidoca.

Las técnicas del aikido han de ejecutarse como se escribe la caligrafía, esto es con un único trazo firme, continuo, sin apenas interrupción y rápidamente. La trayectoria circular de un movimiento no tiene ni principio ni fin, de forma que el flujo de energía que lo anima no se interrumpe en su fluir constante.

Estas técnicas se fundamentan en la esgrima japonesa (kendo y iaido). Es con estos budos el kenjutsu y el jojutsu, con los que más se identifica, dada la influencia del creador, puesto que las practicó y dominó para llagar a conformar el actual aikido.

El aikido debe ser practicado con mucha flexibilidad y dinamismo, con desplazamientos muy cortos y rápidos, aquí es necesario poner atención en el trabajo de las caderas, buscando proyecciones cortas para provocar el desequilibrio sobre el ataque.

La práctica del aikido consiste en series de formas espirituales sin fin. Van muy unidas las técnicas con el concepto filosófico, de tal forma que en su ejecución no pueden separase, en donde se está más allá de la concepción de las formas.

Los practicantes (uke y nage) van tomando contacto y de una forma espontánea surge la técnica Alineación a la izquierdamás apropiada.

El sentido de victoria o derrota es eliminado en este estilo altamente ceremonioso, y las técnicas se asimilan en forma de “katas con compañero”. En cooperación con otro practicante, cada movimiento se repite hasta ser completamente asimilado y llegar a ser una acción condicionada espontáneamente.

Se insiste que el aikido es meditación en movimiento, y que la respiración está relacionada con la técnica, más que con los principios, esto mismo se puede aplicar a la gran mayoría del quehacer humano, donde la acción debe acompañarse de su correspondiente meditación o reflexión para llevar a cabalidad dicha acción. Al practicar aikido, lo más importante es que uno crea en uno mismo y en lo que está haciendo, en lugar de enfocarse en lo que hacen los demás. Hay que olvidarse de la conducta de los otros y ser sincero consigo mismo, esa es la esencia del aikido.


Escrito por Juan Pablo Sentíes Santos

martes, 7 de abril de 2009

Historia del Aikido




"Las Artes marciales no están relacionadas con la fuerza bruta para destrozar a un oponente, ni con armas letales que lleven al mundo a su destrucción. Las verdaderas Artes Marciales guían el "Ki" del universo, guardan la paz en el mundo y producen madurez en todo lo que hay en la naturaleza"

El Aikido fue fundado por O Sensei Morihei Ueshiba ( 1883-1969 ) nació en Tanabe, en la prefectura de Wakayama, en Noviembre de 1883. Un suceso en su infancia marco su vida cuando presencio el ataque donde fue brutalmente golpeado su padre, El se dedicó a desarrollar las técnicas y la fuerza para poder contrarrestar la violencia. Practico diversas disciplinas marciales como fueron el Jujitsu, el Kito-ryu ju- jutsu,Yagyu-ryu, Ju-jutsu y el Kenjutsu; artes de la flexibilidad y de la espada. Esto lo llevó a desarrollar una fuerza muscular extraordinaria, su disciplina y fuerza de voluntad lo convirtieron en un artista marcial.




Varios fueron los sucesos que marcaron la vida de O Sensei Morihei Ueshiba. En la guerra ruso-japonesa, O Sensei se enroló a las filas teniendo una destacada participación, fue alumno de Sokaku Takeda, gran maestro de
Daito- ryu ju-jutsu, con quien mantubiese una estrecha relación hasta la muerte de Sensei Takeda, este hecho lo condujo a profundizar en el secreto del Budu.

Posteriormente, otra relación marco también la vida de O Sensei. Entro en contacto con
Onisaburu Deguchi, quien en ese tiempo era el líder de la secta Omoto, fue grande la influencia en la vida espiritual de O Sensei el hecho de tener esta relación.

Después de varios años de práctica, meditación, espiritualidad, desarrollando su arte, cuando comprendió que la imposición a los demás y las técnicas basadas en la fuerza no conducían a otra cosa más que la derrota.

El vencedor de hoy es el perdedor del mañana; si alguien es fuerte, siempre habrá alguien más fuerte que él.


O Sensei fue el fundador de la Federación Internacional de Aikido. después de una larga enfermedad murió en el año de 1969 dejando a cargo de la federación a su hijo Kisshomaru Ueshiba y a la muerte de ésta y hasta la fecha, quien conduce la Federación es Soshu Moriteru Ueshiba


jueves, 2 de abril de 2009

Aikido Arte Marcial

El Aikido es un arte marcial absoluto que maneja la flexibilidad, te brinda confianza y seguridad al saber controlar tu fuerza y emociones de forma absoluta.

Una de las bases del Aikido es suprimir todo conflicto físico, manifiesta la no-violencia. Al lograr la armonía con la simplicidad de movimientos se mantiene una energía que es la intención sostenida. Bajo una disciplina constante se encuentra el camino que une la armonía y energía dando como resultado un bienestar integral, cuerpo y mente unidos en un todo positivo.

AI = armonía

KI = energía

DO = camino


Frente a un ataque,

existen dos actitudes básicas

huir o chocar

Ninguna es Aikido

En lugar de huir,

vamos al encuentro

en vez de chocar nos unimos